Cervezas riquísimas, decoración inspiradora, buen café, música padre. Así deberían ser los cafés de Copilco, qué osooooo DF.
Por cierto, ni por curiosidad pidan la Kingfisher. Es la peor cerveza del mundo, una especie de Sol con jarabe de maíz y glicerina (para que no se eche a perder), además te la venden carísima.
Otro lugar que ya quisiéramos los chilangos: auténtico, barato, delicioso y con cervezas artesanales chingonas. La Bestia, por ejemplo, una porter tapatía buenísima.
Chingonsísima tiendita, llena de pósters y mapas antiguos. La señora que atiende es un amor.
